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domingo, 3 de abril de 2011

"Ok, se terminó. ¿Y ahora qué?"

Muchas personas que están atravesando la etapa inmediatamente posterior a una ruptura con sus parejas suelen hacerse esta pregunta: "¿Y ahora cómo salgo adelante?" Se sienten solos, perdidos, sin rumbo ni motivaciones, sin ganas ni fuerzas para seguir. Estos sentimientos son muy comprensibles si consideramos que una persona que invirtió mucho en su relación, de repente, cae en la cuenta de que todo terminó. Estas "inversiones" suelen ser más abstractas que tangibles: cuando uno está enamorado y entusiasmado pone mucha de su energía en que las cosas con su pareja le salgan bien. Uno invierte mucho tiempo para estar con esa persona, a veces a costa de dejar de lado algunas preocupaciones y ambiciones personales. Por esta razón, cuando todo se termina muchos sienten un gran vacío, una sensación de que nada de lo vivido con el otro valió la pena y un profundo temor al futuro.

La buena noticia es que todos estos sentimientos son pasajeros. ¡Sí señores, lo son! El tiempo que nos tome recuperarnos depende, en gran medida, de nuestra personalidad. Las personas con mayor fortaleza emocional y mayor tolerancia a la frustración seguramente se recuperarán más rápido que aquellos que deciden abandonarse en su propia tristeza y desesperación por tiempo indeterminado. Algunos sostienen que el tiempo vivido con la pareja nos juega en contra a la hora de superar la ruptura. Muchos piensan que a más tiempo, más difícil se hace olvidar. Personalmente, no creo que la regla de tres simple aplique en cuestiones del amor. He sabido de parejas que han durado unos cuantos años, pero han sufrido un desgaste muy importante en gran parte de los últimos tiempos, por lo tanto la ruptura fue casi el final anunciado de una situación que se venía gestando hacía tiempo. En estos casos, puede suceder que el dolor de la separación dure muy poco, o que incluso no exista. En cambio, hay parejas que se disuelven inesperadamente casi cuando están floreciendo. Por más que estas personas hayan compartido juntas relativamente poco tiempo, estas rupturas suelen ser muy dolorosas puesto que todo parece esfumarse justo en la etapa del enamoramiento, cuando las expectativas e ilusiones puestas en la pareja y en el otro están en su punto más elevado. Sea cual sea el caso, siempre es posible recuperarse si adoptamos la actitud correcta ante la separación y ante lo que nos depara el futuro.

El primer paso importante luego de terminar una relación sentimental es aceptarlo. Cuando se termina, se termina; de nada sirve prolongar algo que no tiene solución. Luego, debemos comenzar a pensar en nosotros. Al momento de separarse, esa sensación de que se nos vino el mundo encima nos deja vulnerables y con la autoestima baja. Nos planteamos millones de cosas, llegamos a pensar que no somos lo suficientemente buenos como para que alguien en este mundo nos quiera y nos acepte como somos. Por eso, en esta etapa es válido ser un poquito "egoísta", en el sentido de que estando en pareja muchas veces priorizamos las necesidades del otro por encima de las nuestras. Ahora llegó el momento de ponernos a nosotros mismos en primer plano, llegó el momento de recuperar nuestra autoestima. Para eso, debemos hacer el esfuerzo de recordar quienes somos, qué queremos y cómo lo queremos. Toda respuesta que no encaje dentro de esas preguntas, debe ser dejada afuera.

"Cuando estás ante una pérdida", dice Paulo Coelho*, citando a su maestro, "no sirve de nada intentar recuperar lo que ya se fue. Por otro lado, un gran espacio se ha abierto en tu vida, y allí está, vacío, esperando ser llenado con algo nuevo. En el momento de la pérdida, por más contradictorio que parezca, tú estás ganando una gran porción de libertad." No podría estar más de acuerdo con esta afirmación. Si se lo mira desde este punto de vista, una ruptura nos abre nuevas oportunidades para hacer muchas cosas que, estando en pareja, no hacíamos. Este es un momento en el cuál tenemos más tiempo libre, y podemos utilizarlo para encarar nuevos proyectos y actividades:

  • Empezar un curso: Tal vez siempre quisiste aprender a hacer algo, esta es tu oportunidad. Podés hacer un curso de cocina, de teatro, de arte... Podés aprender a tocar un instrumento, cantar...
  • Ir al gym: Hacer actividad física te va a levantar el ánimo y te va a ayudar a sentirte mejor con tu cuerpo. Además, vas a poder canalizar tus energías de una forma positiva.
  • Aprender a bailar: El baile es una actividad hermosa, en la cuál podés ejercitar todo el cuerpo al mismo tiempo que te divertís al son de la música.
  • Estudiar un idioma: Requiere de un esfuerzo intelectual, pero hoy en día se ofrecen cursos muy buenos en los que tanto chicos como adultos aprenden jugando.
  • Retomar tus estudios: A lo mejor, estando en pareja, descuidaste un poco tu carrera. Este es un buen momento para enfocar tu energía en seguir estudiando.
  • Salir más: Contactate con esos amigos que tenías algo abandonados y salgan a tomar algo o a bailar. Visitá a algún pariente que tenés tiempo sin ver y tómense unos mates.
  • Ante todo, evitá quedarte solo/a. Hablá mucho con tus amigos, sacá toda la angustia que tenés adentro. Hablá también con tus padres y hermanos, ellos te aman y se encargarán de recordarte lo valioso/a que sos.

Como podemos ver, el final de una relación está muy lejos de ser el final de nuestras vidas. Se trata, simplemente, de un suceso más, una experiencia que con el tiempo puede ser realmente positiva para nosotros. Son muchas las cosas que podemos hacer para superar una ruptura, algunas de las cuales, además, pueden contribuír a nuestro crecimiento como personas. Yo ya di mi opinión, ahora te toca a vos: ¿De qué manera superaste las rupturas con tus parejas?


*Esta vez el dolor va a terminar, Revista Viva, Bs. As., domingo 3 de abril de 2011.

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